Echando un vistazo a nuestra sociedad es fácil pensar que estar dentro del sistema implica ciertas formas de actuación que parecen ser inamovibles. La idea no es posible tener un negocio ético dentro del capitalismo y que para triunfar es necesario que otro fracase se está quedando obsoleta. La típica imagen de éxito del tiburón empresarial súper competitivo que arrasa todo a su paso ya está desfasada y para las nuevas generaciones resulta hasta cringe. Hoy en día existen muchas herramientas y maneras de lograr tener un negocio rentable sin necesidad de hacer que otro fracase o utilizando malas artes.
Pensar que las personas que componen un negocio (trabajadores/as, directivos/as, consumidores/as) no son seres humanos sino robots a disposición del dinero y el beneficio es, y perdonad la expresión, de pollavieja. La típica frase de película de los 90 “son negocios, no es personal” ha respaldado cientos de decisiones empresariales que han resultado ser muy perjudiciales para muchos y muy beneficiosas para unos pocos. La excusa de la competencia ya no sirve.
La prueba más evidente de que esto está cambiando es que el/la consumidor/a, el principal pilar sobre el que se sustenta cualquier negocio, está empezando a exigir ciertos valores a las empresas que antes podrían hacer parecer débil a una compañía. Es por esto que nace el término ética empresarial.
¿ES MI NEGOCIO ÉTICO?
Podemos considerar que un negocio es ético cuando cumple y respeta ciertas normas morales, valores y principios, siendo consciente de la huella y el impacto que deja en su entorno (tanto social como medioambiental), y ejerciendo su actividad con total transparencia. Entender el consumo como un contrato entre dos partes (la que vende y la que compra) es esencial, ya que lo que se busca con un contrato es el acuerdo de las dos partes, sin engaños y en igualdad de condiciones.
Tus clientes ya no compran tu producto, también te compran a ti. Es esencial tener una imagen de marca definida y personal, que transmita los valores que tienes. Si tu negocio es vegano está claro que está basado en la ética y la moral, y tus consumidores ya te han elegido, en parte, por esa razón. Sin embargo, que tu negocio sea vegano no tiene por qué hacerlo automáticamente ético y justo para con la sociedad y el entorno. Factores como el ambiente laboral, la salud física y mental de tus colaboradores y empleados, la gestión de residuos, etc. son necesarios.
IMPLEMENTAR LA ÉTICA DENTRO DEL CAPITALISMO
Conseguir que tu empresa o marca sea ética y justa es tan fácil como cumplir las siguientes características:
Practicar la escucha activa con tu equipo
Escuchar a los/las trabajadores/as y llevar a cabo sus sugerencias garantiza la máxima horizontalidad posible, dándole así valor a sus opiniones y garantizando su realización laboral.
Igualdad entre géneros, etnias y sexualidades
No discriminar a nadie por motivos de género, raza, origen, cultura, inclinación sexual, condición sexual, etc. En definitiva, tener claro que el valor de un/a empleado/a no reside en estas características ni ninguna otra más allá de su capacidad para sacar su trabajo adelante.
Condiciones laborales
Garantizar un salario justo, fomentar la conciliación familiar, así como la salud física y mental de los/as empleados/as y crear un ambiente adecuado de confianza. Y, por supuesto, dar sueldos justos y lo más altos posible dentro de la capacidad de la empresa.
Calidad y modos de producción ecológicos
Analizar bien los orígenes de tus materias primas para ver si tus proveedores cumplen también estos parámetros y tener un plan de gestión de residuos y eficiencia energética y sostenible.
Reducir los intermediarios entre productores y consumidores
Reducir los kilómetros y la cantidad de viajes que hace el producto hasta llegar a la población consumidora ayuda a reducir la contaminación y favorece el medioambiente. Además, esta es la manera de que el cliente pague un precio más justo y el productor consiga un beneficio razonable, sin perder dinero en la intermediación.
Transparencia
Hacia el equipo y el consumidor. Cuando no se tiene nada que esconder, no hay motivo para no ser sincero y es muy beneficioso comunicar la información tal y como es, tanto a nivel de producto y su producción, como en el plano laboral.
¿QUÉ VENTAJAS PUEDES OBTENER SI TU NEGOCIO ES ÉTICO?
Cumplir las características básicas para considerar ética y justa a tu marca puede parecer un poco abrumador. Incluso podemos caer en pensar que, si nosotros lo hacemos bien, otra empresa que lo haga mal puede adelantarnos en el mercado. Pero actualmente (y cada vez más) el consumidor exige estos valores, lo que nos supondría entonces una serie de ventajas frente a negocios que no los tienen:
Mejora la imagen de la marca
La reputación de tus productos o servicios se ve favorablemente afectada. Hoy en día, con toda la competencia que hay y habrá en el sector del veganismo, el consumidor puede elegir entre productos prácticamente idénticos. Lo que le hará decantarse por el tuyo es precisamente el valor añadido.
Generas confianza en los consumidores
Saber exactamente lo que están comprando y de dónde viene, así como conocer la satisfacción de los trabajadores de la empresa, hace que los consumidores confíen en ti y en tu producto.
Quieren trabajar contigo
Te aseguras que los mejores talentos del mercado laboral piensen en ti. Con Internet cualquiera puede dar su opinión, asegúrate de que las que haya sobre tu empresa sean buenas.
Los trabajadores motivados son más productivos
Sobre todo cuando tienes un negocio de cara al público, tus empleados son la imagen de tu marca. Asegurar su motivación hace que se sientan orgullosos de trabajar contigo, su productividad crezca y el cliente esté más satisfecho con la atención recibida, ayudando así a generar reputación de marca.
Reduces la posibilidad de conflictos
Cumplir las normas legales pero, sobre todo, las normas morales y éticas impide la aparición de problemas con cada uno de los agentes implicados en un negocio como son empleados, competencia, consumidores, etc.
En definitiva, debemos entender que aunque actualmente nos encontremos dentro de un sistema económico que premia a quienes dejan de lado la ética, como es el capitalismo, no estamos obligados a olvidar nuestros valores y podemos fomentar el cambio y trabajar para que la ética tenga cada día más peso en la sociedad. Podemos jugar con las cartas que nos han dado pero cambiando las normas del juego, y aún así tener éxito y poder vivir de lo que nos gusta y con la conciencia tranquila.
SÍ, PERO… ¿CÓMO?
Si tienes dudas en cómo poner en práctica esto o si ya tienes un negocio ético y necesitas que todo el mundo conozca lo bien que lo haces pero no sabes cómo o no tienes tiempo, no te preocupes, te ayudamos. Explica tu caso a La Zorra y te buscaremos la solución más adecuada a tus necesidades.