¿Por qué no podemos decir «queso vegano»? Las trabas que nos ponen desde la legislación para promocionar alimentos veganos que pueden servir como sustitutos de alimentos no veganos es espectacular.
Tanto desde Europa como desde el propio país (especialmente los lobbies cárnicos) están constantemente haciendo presión para que no se puedan utilizar palabras como “queso” o “carne” para referirnos a productos plant-based.
NORMATIVA
En 2021 se debatieron en Europa las enmiendas 165 y 171 que trataban sobre el etiquetado de los productos vegetales. Se intentó que términos como “hamburguesa vegetal” o “salchicha vegetal” quedasen prohibidos y se sustituyeran por otros términos como “disco vegetal”.
El principal argumento que esgrimían para votar en contra de la aceptación de uso de la misma terminología para referirse a productos cárnicos y vegetales era que el consumidor no sabría diferenciar unos productos de otros y podría confundirse fácilmente a la hora de comprarlos.
Aun sabiendo que, lo más probable, es que el consumidor sí sepa diferenciar correctamente lo que está comprando, se podría pensar que es un argumento en pro de la población y que aboga por la transparencia. Sin embargo, como también se buscaba prohibir que se pudieran enumerar las ventajas que supone comprar productos de origen vegetal (como que su impacto medioambiental es menor que el impacto de los productos de origen animal), es bastante evidente que el bienestar del consumidor no es la razón por la que algunos sectores están tan interesados en prohibir esos términos.
“Una vez más vemos cómo se pone a los consumidores como excusa para frenar el avance del sector vegetal tan en auge por sus ventajas medioambientales y de salud” – Proveg.
Finalmente el debate acabó con la aceptación de todos los términos relativos a productos cárnicos animales para referirse a productos similares pero de origen vegetal: ‘hamburguesa’, ‘salchicha’, ‘filete’, ‘escalope’ y ‘burger’.
Pero…
LOS LÁCTEOS
El tema de los lácteos es muy diferente. Aquí es donde la legislación se vuelve más ambigua. De hecho, sinceramente, no estamos seguras de lo que se puede y no se puede decir y agradeceríamos que alguien que sepa de leyes nos lo pueda explicar claramente.
Hasta donde nosotras hemos podido averiguar, decir “queso vegano” está prohibido porque en España hay una normativa relativa a la calidad de los productos lácteos que regula lo que es y lo que no es queso. Dicta que: “Se entiende por queso el producto fresco o madurado obtenido de la leche y coagulado total o parcialmente por la acción del cuajo u otros coagulantes apropiados, antes del desuerado o después de la eliminación parcial de la parte acuosa”. Real Decreto 1113/2006.
Además de esto, se buscó prohibir (sin éxito), como también se intentó en el caso de las carnes vegetales, “el uso de cualquier adjetivo, imagen, envasado, forma o descripciones que evocaran o aludieran directa o indirectamente a los lácteos”. Su argumento seguía siendo la protección de los intereses del consumidor.
Así pues, lo único que tenemos claro es que no se puede utilizar terminología de productos lácteos en productos sustitutivos no lácteos, pero no por una legislación expresa, sino por una legislación referente a la calidad de los productos lácteos (leche, queso, yogur, nata). Exceptuando la leche de almendras, ya que, por uso tradicional se ha aceptado plenamente.
¿EN QUÉ NOS AFECTA ESTO?
Está claro que, como consumidores veganos, estamos acostumbrados a leer las etiquetas de los productos, y que, a priori, no supondría ningún problema real que no pudiéramos llamar “queso vegano” al queso vegano. Sin embargo, en términos prácticos es un problema en nuestro día a día.
A la hora de publicitar o promocionar la venta online de un producto sustitutivo de un lácteo, tanto como consumidores como promotores, no poder decir “queso vegano” sin tener otra palabra para referirnos a este producto, es un dolor de cabeza. Como usuarios veganos de las redes y como compradores veganos online, cuando queremos un queso buscamos “queso vegano”, porque es lo que es. Y como promotores de un producto queremos que nuestro queso vegano pueda llamarse “queso vegano”, porque es lo que es. Sobre todo porque las razones por las cuales no se puede decir “queso vegano” poco o nada tienen que ver con el bienestar del consumidor y mucho con el bienestar del empresario, que está viendo que hay cada vez más gente concienciada con el movimiento y eso le está haciendo perder mucho dinero.
Finalmente queremos puntualizar que todas estas trabas afectan tan solo a la comercialización de productos, es decir, si tenemos un objetivo no comercial sí podremos utilizar la terminología “queso vegano” y demás, pues no estamos vendiendo nada ni obtenemos beneficio económico directo de ello. Un ejemplo de esto sería la publicación de una receta de queso vegano en el blog o en redes sociales: no estamos nombrando un producto comercial sino definiendo una creación culinaria.