LAS TRADICIONES Y LOS NUEVOS VALORES
Que las tradiciones evolucionan al son de los nuevos valores no es nada nuevo. Las tradiciones cambian. Cambian todo el tiempo. No tenemos las mismas que hace 1000 años. Ni siquiera tenemos las mismas que hace 100. Es más, nuestras tradiciones más arraigadas son relativamente nuevas. Una tradición no es más que un comportamiento aceptado socialmente, normalmente relacionado con un evento o fecha en concreto. Es solo eso.
Las tradiciones nacen y mueren con dichos comportamientos y pensamiento aceptados socialmente, no son inalterables. Como cuando era tradición el esclavismo. O cuando era tradición guillotinar a sentenciados a muerte públicamente (de esto solo hace 46 años). Y ahora está socialmente aceptado pensar que es una locura. Ninguna costumbre es defendible sólo con el argumento de ser tradición.
Tradiciones y nuevos valores: Semana Santa y la tauromaquia
Hay dos grandes tradiciones que se hacen más visibles durante esta época del año. Una es el catolicismo que la Semana Santa hace aflorar hasta de quien menos te lo esperas. Y la otra es la tauromaquia. Y las dos suelen ir bastante de la mano. En general, pocos festejos hay en España que no se “celebren” con una corrida de toros.
Y es una lástima, porque la religiosidad y la tauromaquia no deberían tener nada que ver. Pero es muy difícil separar las costumbres. La sociedad las contempla como un pack indivisible en el que si falta algo ya no se puede decir que es esa festividad en concreto. “No es Navidad sin cordero”. “No son Fallas sin pólvora”. “No es Semana Santa sin corridas de toros”.
No hay nada de malo en dejar morir una costumbre que se ha quedado anticuada y ya no es compatible con nuestros valores. Aferrarse a ella solo nos hará avanzar más despacio hacia una sociedad mejor. Es necesario deshacernos de las tradiciones que nos hacen peores seres humanos y quedarnos con las que nos hacen tener más respeto y más empatía.
¿Se puede ser una persona vegana y católica?
Y con esto no queremos decir que no se pueda ser una persona católica y también vegana. Se puede, pero entendiendo la religión como un conjunto de creencias y hábitos que tienen la capacidad de evolucionar. La mayoría de religiones son completamente interpretables, ya que se fundamentan en unos valores y estos se traducen en costumbres. Las leyes morales pueden ser las mismas para una religión que para otra, y sin embargo representarlas a través de otros comportamientos. Y aunque esas leyes morales no se puedan cambiar, los comportamientos sí.
Por ejemplo, las leyes morales del catolicismo se basan en la Biblia. La Biblia está llena de referencias (contradictorias entre ellas) de si es o no correcto matar animales. Quizá el ejemplo más famoso sea el quinto mandamiento: “no matarás». Cómo se puede interpretar esta norma? Siempre se ha entendido que para cumplir este mandamiento no debes matar a otro ser humano porque está considerado como un igual. Pero ¿y si la concepción de “igual” cambia? ¿Y si entendemos que todes somos animales y debemos respetarnos y no hacernos daño? Se seguiría cumpliendo este mandamiento, sólo con que con una interpretación más adaptada a los nuevos valores.
Así que sí, se puede ser una persona católica y vegana desde el momento en que las normas morales que marcan las religiones son completamente interpretables y adaptables a la evolución lógica de los valores sociales.