FEMINISMO INTERSECCIONAL: POR QUÉ NO PUEDES SER DEL TODO FEMINISTA SIN SER VEGAN

FEMINISMO INTERSECCIONAL: POR QUÉ NO PUEDES SER DEL TODO FEMINISTA SIN SER VEGAN

Seguro que os suena el libro La política sexual de la carne: una teoría crítica feminista vegetariana, publicado en 1990 por la escritora y activista Carol J. Adams. En él se aborda el tema del feminismo interseccional y las conexiones entre el sexismo y el especismo. Y se analizan las relaciones que hay entre el consumo de carne y la masculinidad.

Como damos por hecho que todes sabemos lo que es el machismo y el especismo, sería recomendable empezar a hablar de este tema analizando el concepto de interseccionalidad. Este término fue acuñado por la abogada y académica especializada en cuestiones de raza y género Kimberlé Williams Crenshaw en 1989. Viene a significar que “todas las opresiones están relacionadas entre sí y que existe un sistema opresor en el que participan múltiples formas de discriminación”.

¿Y qué tiene que ver esto con el veganismo? Pues todo. Porque ¿qué es el especismo si no la opresión del ser humano sobre el resto de especies animales? Tanto sexismo como especismo están cortados por el mismo patrón y reflejan las mismas acciones bajo el mismo pretexto: mujeres y animales son oprimides y abusades bajo la creencia de ser inferiores. Y como grupos sociales inferiores, los grupos sociales superiores tienen derecho a dominarlos.

De este modo no ser vegane significa aceptar que hay seres que nacen con más derechos que otros. ¿No es esta precisamente la falacia contra la que se lucha en el feminismo día tras día? Por eso el feminismo debe ser interseccional.

 

Luchas interseccionales

Una de las principales razones por las que se subordina a ciertos grupos sociales es porque, o bien se piensa, o bien se quiere hacer pensar, que los grupos subordinados están compuestos por individuos sin intereses propios. Y que existen para unas funciones concretas que, casualmente, son beneficiosas para los que intentan hacer calar ese pensamiento. Alice Walker, escritora afroamericana y feminista, lo resume muy bien: “Los animales del mundo existen por sus propias razones. No fueron hechos para los humanos, del mismo modo que los negros no fueron hechos para los blancos ni las mujeres para los hombres.”

Los animales no son ALGO. Los animales son ALGUIEN. Igual que las mujeres no somos ALGO, somos ALGUIEN. Los animales son individuos con intereses propios y el ser humano no tiene ningún derecho sobre ellos. No son un recurso para el ser humano,  igual que las mujeres no son un recurso para el hombre.

 

Feminismo interseccional: máquinas de parir

Una de las principales diferencias entre una mujer cisgénero y un hombre cisgénero es la capacidad gestante. Y esta es una de las excusas que los hombre CIS han usado (y usan) para reducir a la mujeres CIS: la función de una mujer CIS es tener bebés y criar bebés. Los animales hembra siempre han sido explotados por esto. Está claro que en la industria ganadera todos los animales sufren, pero las hembras son, con diferencia, las más explotadas. Por tener esos órganos reproductivos las hembras son tratadas como máquinas. Y no olvidemos que una vaca no da leche por ser vaca, da leche por ser MADRE. Las vacas son sometidas a inseminación forzada una y otra vez solo para tener bebés para que sean la comida de un ser humano. Y después alargar lo máximo posible el periodo de lactancia para robar la leche destinada a su bebé para que sea la bebida de un ser humano. Y cuando sus cuerpos no dan más de sí son enviadas al matadero. Si esto se lo hicieran a una hembra humana ¿qué pasaría? ¿cómo se llamaría?

 

No explotar animales no humanos es otorgarles la dignidad que se merecen y que hoy por hoy no tienen. Es importante hablar de feminismo interseccional porque ¿qué diferencia hay entre una lucha de mujeres por tener una dignidad que se cree solo perteneciente a los hombres y una lucha de humanes por otorgar a los animales una dignidad que se considera propia de los seres humanos? La diferencia es que las mujeres tenemos voz y los animales no la tienen. Nosotres, como agentes morales, tenemos la responsabilidad de ser esa voz.