por Mar | Oct 2, 2023 | Veganismo
¿Alguna vez le habéis dicho a alguien “eres especista” y se ha ofendido? Probablemente sí. Y es que la propia palabra suena fatal. Como si le hubieras llamado racista o sexista. En general suena a insulto, como si le estuvieras llamando mala persona. Pero, ¿sabe la gente realmente qué es el especismo?
Según la RAE el especismo es la “discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores” o “creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio.” Entonces, cualquier persona que se coma o use para su propio beneficio a un animal, está considerando a unas especies inferiores a otras y es, por tanto, especista.
¿QUÉ ES EL ESPECISMO?
El especismo es una forma de discriminación que se basa en la creencia que unas especies animales son mejores que otras y merecen más derechos. Y que, por tanto, es justo que el ser humano utilice a dichas especies como herramientas a su disposición.
Basan esta creencia en que la mayoría de animales, dicen, no cumplen ciertas características para ser considerados algo más que objetos. Como la capacidad de sentir emociones, el raciocinio o el lenguaje. Pero, además de que eso no es cierto, es el propio ser humano el que ha querido darle valor a esas capacidades y no a otras. Trazando así una línea divisoria que separa al resto de especies animales, estando el ser humano por encima de esa línea y otorgándose a sí mismo el derecho a hacer con ellas lo que quiera.
¿POR QUÉ EXISTE?
El especismo nace en el momento en el que el ser humano es consciente de que tiene poder sobre otras especies animales y que puede ejercer ese poder para sobrevivir más fácilmente. Pero cuando sobrevivir ya no es complicado y lo que se busca es vivir más cómodamente, que el especismo siga existiendo no está justificado. Esta situación se da por ignorancia, ignorancia generalmente potenciada por intereses de terceros, con la que nos adoctrinan desde que nacemos y que nos hace creer que no pasa nada, “solo son animales”, como si nosotres no lo fuéramos.
En general se pretende dotar a la mayoría de animales de una falta de sensibilidad para que se perciban como incapaces de tener intereses propios. Y esta mentira, cuando el conocimiento sobre otras especies era más limitado, resultaba creíble. Pero ahora, con toda la información de la que se dispone, se sabe de sobra que no es así.
Una vaca, un cerdo, un león, una hormiga, un atún, una paloma, etc. tienen intereses propios. Y no solo eso, sino que son los mismos que cualquier individuo tiene: vivir. Quieren acercarse a lo que es bueno y alejarse de lo que es malo. Sienten dolor y placer y sienten alegría y miedo. Tienen lenguajes propios y tienen sus propias capacidades que no son ni mejores ni peores solo porque se asemejen más o menos a las nuestras.
Que hoy en día siga existiendo el especismo y que este sea algo tan aceptado de forma general solo es el reflejo de una sociedad todavía por evolucionar, que permanece ignorante o anclada en unas creencias falsas por pura comodidad y que todavía le queda mucho por aprender.
¿CÓMO LUCHAMOS CONTRA EL ESPECISMO?
Para luchar contra nuestro propio especismo, lo más importante es hacer un ejercicio de introspección para desaprender las creencias falsas o sesgadas que tenemos sobre el resto de animales y tener claro que ningún animal es mejor que otro solo porque seamos capaces de empatizar más o menos con él. Y que todos y cada uno de forma individual valoran su vida y tienen sus propios intereses.
Entender también que la situación de poder que tiene el ser humano en este planeta no es justificación para ejercer dicho poder de forma violenta, injusta y cruel. El verdadero poder es la capacidad de tomar una decisión justa y correcta sobre respetar la vida del resto de animales que existen.
Para luchar contra el especismo de otros la clave es informar y reeducar. Visibilizar el problema y las injusticias que viven el resto de especies, tener conversaciones incómodas, recomendar estudios, documentales, etc. Mantener el tema candente y de actualidad. No nos podemos olvidar que somos el altavoz de los que no se pueden hacer oír y que si nos callamos nunca conseguiremos que se trate a todos los animales de la forma en que se merecen.
por Mar | Abr 11, 2023 | Actualidad
Que las tradiciones evolucionan al son de los nuevos valores no es nada nuevo. Las tradiciones cambian. Cambian todo el tiempo. No tenemos las mismas que hace 1000 años. Ni siquiera tenemos las mismas que hace 100. Es más, nuestras tradiciones más arraigadas son relativamente nuevas. Una tradición no es más que un comportamiento aceptado socialmente, normalmente relacionado con un evento o fecha en concreto. Es solo eso.
Las tradiciones nacen y mueren con dichos comportamientos y pensamiento aceptados socialmente, no son inalterables. Como cuando era tradición el esclavismo. O cuando era tradición guillotinar a sentenciados a muerte públicamente (de esto solo hace 46 años). Y ahora está socialmente aceptado pensar que es una locura. Ninguna costumbre es defendible sólo con el argumento de ser tradición.
Tradiciones y nuevos valores: Semana Santa y la tauromaquia
Hay dos grandes tradiciones que se hacen más visibles durante esta época del año. Una es el catolicismo que la Semana Santa hace aflorar hasta de quien menos te lo esperas. Y la otra es la tauromaquia. Y las dos suelen ir bastante de la mano. En general, pocos festejos hay en España que no se “celebren” con una corrida de toros.
Y es una lástima, porque la religiosidad y la tauromaquia no deberían tener nada que ver. Pero es muy difícil separar las costumbres. La sociedad las contempla como un pack indivisible en el que si falta algo ya no se puede decir que es esa festividad en concreto. “No es Navidad sin cordero”. “No son Fallas sin pólvora”. “No es Semana Santa sin corridas de toros”.
No hay nada de malo en dejar morir una costumbre que se ha quedado anticuada y ya no es compatible con nuestros valores. Aferrarse a ella solo nos hará avanzar más despacio hacia una sociedad mejor. Es necesario deshacernos de las tradiciones que nos hacen peores seres humanos y quedarnos con las que nos hacen tener más respeto y más empatía.
¿Se puede ser una persona vegana y católica?
Y con esto no queremos decir que no se pueda ser una persona católica y también vegana. Se puede, pero entendiendo la religión como un conjunto de creencias y hábitos que tienen la capacidad de evolucionar. La mayoría de religiones son completamente interpretables, ya que se fundamentan en unos valores y estos se traducen en costumbres. Las leyes morales pueden ser las mismas para una religión que para otra, y sin embargo representarlas a través de otros comportamientos. Y aunque esas leyes morales no se puedan cambiar, los comportamientos sí.
Por ejemplo, las leyes morales del catolicismo se basan en la Biblia. La Biblia está llena de referencias (contradictorias entre ellas) de si es o no correcto matar animales. Quizá el ejemplo más famoso sea el quinto mandamiento: “no matarás». Cómo se puede interpretar esta norma? Siempre se ha entendido que para cumplir este mandamiento no debes matar a otro ser humano porque está considerado como un igual. Pero ¿y si la concepción de “igual” cambia? ¿Y si entendemos que todes somos animales y debemos respetarnos y no hacernos daño? Se seguiría cumpliendo este mandamiento, sólo con que con una interpretación más adaptada a los nuevos valores.
Así que sí, se puede ser una persona católica y vegana desde el momento en que las normas morales que marcan las religiones son completamente interpretables y adaptables a la evolución lógica de los valores sociales.
por Mar | Mar 15, 2023 | Actualidad, Veganismo
Quizá la parte del veganismo que más se conoce y de la que más se habla es la de la alimentación. Es tanto así que mucha gente fuera del movimiento relaciona veganismo únicamente con el tipo de alimentación, pero el veganismo está contra toda explotación animal. El veganismo no acaba en el plato y la explotación animal no se queda solo en los que son usados para ser “comida”. El veganismo rechaza todo consumo que provenga de la explotación de cualquier animal, incluyendo la industria de las pieles y textiles animales. Y de esto queremos hablar en este post, del terrible padecimiento que sufren los animales destinados a la producción de materiales tales como las pieles, las lanas y las plumas.
[AVISO DE VIOLENCIA EXPLÍCITA]
LA INDUSTRIA DE LAS PIELES ANIMALES
La industria de las pieles animales es de las más crueles que hay. Y los animales que desgraciadamente han sido seleccionados por su pelo para hacer prendas de ropa tienen una vida y una muerte terrible. En la lista hay muchas especies: visones, zorros, linces, focas… Pero los más explotados en cantidad son el visón y el zorro.
Visones
Independientemente del hecho de que las granjas de visones son una amenaza para el ecosistema y una fuente de contaminación, queremos hablar del trato que el animal recibe en esta industria.
Cada país tiene su propia regulación (o falta de ella), por lo que las condiciones de estas granjas cambian mucho de un lugar a otro. Pueden estar hacinados en naves cubiertas o a la intemperie. Pero en general, lo que tienen en común es que los visones están aislados unos de otros en jaulas individuales amontonadas que no les permiten apenas moverse. La privación total que sufre el animal de cualquier actividad que por naturaleza debería realizar les provoca estrés y ansiedad, lo que desemboca en un comportamiento agresivo, haciendo que se autolesionen. Pero como el animal es visto como un objeto y lo más importante para la industria es su piel, esto no tiene importancia para ellos.
El asesinato de los visones tiene que realizarse de forma que su piel no resulte dañada. Así pues los asesinan con gas, inyectándoles en el corazón un potente sedante que les causa la muerte, con un golpe en la nuca, por asfixia manual o con un artilugio atado a su hocico que les impide respirar, o electrocutados (normalmente por la boca, el ano o la vagina). Esto es sencillamente horrible. Todo ello sin ningún tipo de anestesia. Pero no quedándose ahí, como no les importa mucho que el animal esté muerto siempre y cuando no se mueva, en muchas ocasiones son despellejados todavía con vida.
Zorros
Su trato no dista mucho del de los visones. Hacinados en jaulas individuales en hileras y unas sobre otras, los zorros son privados de cualquier actividad digna de su especie, más allá de comer y beber. Para intentar mantener unas condiciones higiénicas básicas, y sólo para mantener limpio su preciado pelaje, la limpieza de las jaulas se hace con una manguera de agua a presión, sin tener ningún tipo de consideración. El estrés que sufren les hace tener comportamientos que les generan lesiones que, por supuesto, no son atendidas por veterinarios.
Algunas granjas realizan una práctica para aumentar el beneficio por animal que consiste en incrementar el volumen de su piel mediante la sobrealimentación. Estos zorros son cebados hasta la enfermedad e introducidos en jaulas que les impida total movilidad, así el proceso de engorde es más efectivo.
Como en el caso de los visones, la muerte de los zorros se realiza de forma que su piel no se vea afectada, así que las prácticas más comunes son la asfixia por monóxido de carbono, colgarlos con un gancho del cuello y golpearles la cabeza con un mazo, o introducirles una barra metálica por la boca y otra por el ano para después electrocutarlos.
LA INDUSTRIA DE LOS TEXTILES ANIMALES
Las lanas
Hay varias especies de animales explotadas por su pelo: cabras, alpacas, llamas… pero la principal son las ovejas. En el caso de la lana, la vida del animal es diferente que en la del proceso de la industria peletera, donde para conseguir la piel del animal este debe ser asesinado. Pero la obtención de lana, como es el “pelo” del animal y este sigue creciendo, lo más económicamente rentable para los explotadores es que el animal siga con vida el máximo tiempo posible (pero sin que genere un gasto superior al beneficio obtenido por la venta de su lana).
La vida de la oveja destinada a la explotación de su lana empieza a ser una auténtica tortura cuando tienen semanas de edad: les perforan las orejas para identificarlas, les amputan la cola para facilitar el proceso de esquilado y los machos son castrados con técnicas dolorosas y rudimentarias. Todo esto, por supuesto, sin ningún tipo de anestesia. Pero no acaba ahí.
En la naturaleza las ovejas generan lana suficiente como para protegerse a sí mismas tanto del frío como del calor, funciona como reguladora. Si una oveja no se esquilase, en contra de lo que dicen los que defienden esta explotación, no le pasaría nada. El problema es que para hacer más rentable al animal, las ovejas se han cruzado entre las que más lana generan.
Esto ha desembocado en ovejas que producen demasiada lana para su propio bienestar, de modo que estos animales acaban por sufrir un exceso de piel (ya que cuanta más piel, más lana) que se arruga sobre su cuerpo. Estas arrugas son el lugar adecuado para que las moscas depositen ahí sus larvas, pero esto resulta un problema para la “calidad” de la lana. Así que una de las “soluciones” que los explotadores tienen es el mulesing. Se trata de una amputación de un gran trozo de carne alrededor del ano del animal para eliminar las arrugas que, al acumularse los restos de heces, son más atractivas para las moscas. Literalmente les hacen una enorme herida, sin anestesia, sin cuidado y sin curaciones, solo para mejorar la rentabilidad de su negocio.
Además de todo esto, los explotadores cobran por volumen y no por hora de trabajo. Y el proceso de esquilado es un momento traumático para el animal, que se revuelve aterrorizado. Por lo que este recibe un maltrato sistemático para inmovilizarlo consistente en puñetazos, patadas, e inmovilizaciones sin ningún tipo de cuidado. Además de no tener ningún miramiento a la hora de usar la máquina de esquilado, lo que provoca cortes y heridas. El proceso de esquilado es una práctica terrible que acaba muchas veces con la vida del animal ya sea por la violencia del acto, por infartos, o por las heridas (nunca curadas) causadas por las máquinas.
Las plumas
Los animales más explotados por sus plumas son patos, gansos y ocas. Estos animales empiezan a ser desplumados a las 10 semanas de vida. A los 4 años, cuando la calidad de sus plumas se “deteriora” son enviados al matadero.
Antes de explicar el proceso de desplume debemos explicar también que la pared folicular de las plumas de estos animales es increíblemente sensible, como las nuestras. Así que arrancarle una pluma a uno de estos animales es similar a que nos arranquen un pelo.
El proceso de desplume es manual. Se inmoviliza al animal y les arrancan las plumas lo más rápido posible, ya que cobran por peso de plumas arrancadas y no por hora de trabajo (como ocurre con la lana). Normalmente durante el proceso de extracción a los animales se les rompen las alas para inmovilizarlas y se generan heridas en la piel que, muchas veces, provoca la muerte. Por supuesto, una vez más, sin anestesia de ningún tipo. Por lo que los patos, ocas y gansos sienten durante toda su vida un terrible dolor una y otra vez, pánico, ataques al corazón, etc.
¿CÓMO ACABAR CON LA INDUSTRIA DE LAS PIELES Y TEXTILES ANIMALES?
Imagina que tu vida fuera vivir hacinade, sin poder moverte, en condiciones insalubres, para acabar sufriendo una muerte terrible. O que tu vida consista en existir solo para ser maltratade, en constante pánico. O que te arranquen todo el pelo sin miramientos, y vivir en unas condiciones terribles solo para que, cuando vuelva a crecer, volvértelo a arrancar. Pues esto es lo que la industria de pieles y textiles animales les hace a estos pobres individuos para que humanes (si es que se pueden llamar así) las luzcan en prendas de ropa o se compren edredones. Este negocio es terrible y debe dejar de existir cuanto antes.
Os dejamos a continuación algunas páginas en las que podéis manteneros informades sobre el tema y hacer algo para acabar con esta situación que sufren a diario millones de seres inocentes: