DECRECIMIENTO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE TENER UN NEGOCIO SOSTENIBLE Y DE ÉXITO?

DECRECIMIENTO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE TENER UN NEGOCIO SOSTENIBLE Y DE ÉXITO?

Todos hemos oído hablar en mayor o menor medida sobre el decrecimiento sostenible. Este debate, abierto desde hace casi un siglo, está cobrando cada vez más importancia. Ya tener un negocio sostenible  parece ser la única manera viable de producir y consumir con éxito en un futuro. 

 

NUEVO MODELO DE CONSUMO

La Teoría del Decrecimiento estipula que, con la disminución regular y controlada tanto de la producción como del consumo, se plantan las bases de un nuevo modelo de negocio sostenible en el futuro basado en el equilibrio entre seres humanos y naturaleza. Así dicho parece muy fácil pero llegar a conseguir este objetivo es algo muy difícil, ya que depende de muchas partes implicadas.

Como hemos podido observar en los diferentes medios durante estas últimas décadas, parece ser que ninguno de los actores principales del capitalismo salvaje, tales como los líderes gubernamentales y ejecutivos del sector privado, tendrían interés en considerar una política de no crecimiento. La instauración de este modelo de consumo implica cambios a nivel estructural para empresas y países, así como cambios de comportamiento y mentalidad del actor final del consumismo: nosotros.

 

RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL VS. RESPONSABILIDAD COLECTIVA

Sabemos la injusticia que supone que los líderes capaces de crear este cambio jueguen con la baza de reducir el cambio a la responsabilidad individual. Sin embargo también sabemos que nosotros ya somos capaces de generar una diferencia y fomentar el cambio a través de nuestro negocio sostenible. Nos educaron en un modelo único de consumo que, con el tiempo y con la información a nuestra disposición, hemos sabido que no solo no era la única opción viable, sino que también es la más injusta.

El cambio pasa por dejar de aceptar lo impuesto como verdadero y empezar a pensar desde otra perspectiva. Una perspectiva que suponga un nuevo paradigma de justicia social y medioambiental. No es posible un crecimiento ilimitado en un planeta limitado, es un hecho. Por ello, el único camino posible hacia un futuro sostenible pasa por ajustar la producción y el consumo hacia lo necesario, tanto como consumidores finales como emprendedores de nuestro negocio.

Desaprender a consumir y re educarnos a nosotros mismos a vivir con menos puede parecer una tarea difícil de realizar en sociedad pero nosotros sabemos que los cambios son posibles. A veces lentos y costosos, pero posibles. Y la mejor forma de hacer esto es demostrando que funciona.

Como consumidores/as sabemos los beneficios que supondría este modelo de negocio, pero como emprendedores/as cambiar la mentalidad hacia un consumo responsable también nos ofrece varias ventajas: 

  1. Reducción de costes: al ajustar la producción generamos menos residuos y precisamos de menos materia prima, por tanto nuestro negocio se vuelve más eficiente. 
  2. Un paso por delante: nos preparamos para las exigencias legales medioambientales que vendrán en un futuro próximo. 
  3. Beneficio en el residuo: transformar los desperdicios en residuos reutilizables genera una ventaja económica. Tanto si somos nosotros mismos los que los aprovechamos como si los vendemos como materia prima a otra empresa.
  4. Responsabilidad Social Corporativa: ganamos imagen de marca posicionándonos como una empresa responsable, ética y justa.

 

LAS 8 R’S

Desde que somos pequeños nos han intentado concienciar respecto al reciclaje y todos recordamos las campañas que nos motivaban a hacerlo. Las famosas 3 R’s que, con el tiempo, se convirtieron en algunas más. Distintas entidades, organizaciones y autores tienen diferentes puntos de vista respecto a cuántas R’s son las necesarias. Desde La Zorra hemos destacado siete y hemos añadido una octava:

  1. Reflexionar sobre la situación del planeta para poder elegir. Pensar y analizar en si necesitamos o no los productos que consumimos para tener la opción de no usarlos o buscar, en caso de que sean productos necesarios, una alternativa sostenible.
  2. Rechazar aquellos productos que generen impacto ambiental, tóxico o no reciclables o biodegradables.
  3. Reducir el consumo en general o empezar a consumir con conciencia a largo plazo. Reduciendo el consumo se reduce el desperdicio y la energía necesaria para el propio reciclaje.
  4. Reutilizar los productos lo máximo posible. Intentando aprovechar al máximo la vida útil de aquello que consumimos y escogiendo en un principio comprar bienes que puedan ser reutilizables.
  5. Reciclar en nuestros hogares y lugares de trabajo los residuos para que se puedan aprovechar.
  6. Redistribuir a nivel global el consumo de productos de forma que afecte ayude tanto a la reducción de la contaminación (por ejemplo comprando productos de km 0 o de temporada) como a la reducción de la brecha económica entre países. 
  7. Reclamar tanto como consumidores/as finales como pequeños/as productores/as a las entidades y gobiernos más responsabilidad. Más ayudas, infraestructuras y coherencia para facilitar la transición hacia un modelo de consumo justo, ecológico y sostenible.
  8. Reeducar a la población y, sobre todo, a las nuevas generaciones en que el modelo de consumo basado en el decrecimiento sostenible es la única solución posible para un desarrollo a largo plazo.

 

LA SOLUCIÓN PASA POR LA EDUCACIÓN

Como casi todos los conflictos sociales, políticos y medioambientales, la solución a este tipo de problemas pasa por instruir e informar desde los hogares, las escuelas y los medios. Es necesario educar a la sociedad en los valores necesarios para hacer del mundo un lugar mejor y más habitable y cómodo para todos los seres que viven en él. El decrecimiento sostenible empieza por desaprender un modo de vida equivocado, incompatible con el planeta y adoptar una actitud coherente con un sistema de valores basado en el respeto por el organismo vivo que es la Tierra. Ser conscientes que formamos parte de él, queriendo así, sintiéndolo como algo nuestro, preservarlo y cuidarlo.

Como consumidores/as vemos la influencia que tiene sobre nosotros el marketing y la publicidad, y somos capaces de apreciar la huella que han dejado en nuestra educación. Pero también nosotros, esta vez como emprendedores/as de un negocio,  tenemos la capacidad y la responsabilidad de influir y educar al consumidor. 

Entonces, ¿es posible tener un negocio sostenible y de éxito? La respuesta es sí. Y no sólo es que sea posible, si no que la sostenibilidad como parte de la responsabilidad social de una marca o un negocio es algo que cada vez el público valora más y adoptar este modelo de negocio sostenible es apostar por la opción ganadora.

 

 

ALGUNOS CONCEPTOS CLAVE PARA ENTENDER MEJOR EL DECRECIMIENTO SOSTENIBLE

  • Economía circular: se trata de un sistema económico y de consumo social que busca simultáneamente la producción de bienes y servicios y la reducción del consumo y desperdicio de materias primas y fuentes de energía. 
  • Ecología política: es el estudio de la relación entre factores políticos, económicos y sociales y los conflictos medioambientales.
  • Justicia medioambiental: este concepto afecta a los derechos y obligaciones que tenemos los seres humanos sobre la naturaleza considerándola como un bien común. 

 

¿TU NEGOCIO FOMENTA LA ECONOMÍA CIRCULAR?

¿TU NEGOCIO FOMENTA LA ECONOMÍA CIRCULAR?

En otras entradas ya hemos hablado de decrecimiento sostenible como único camino hacia un equilibrio entre lo que producimos y lo que consumimos, cambio que necesitamos para acabar con la mirada cortoplacista que tiene el modelo de producción actual. Esta vez vamos a abordar el tema de la economía circular, término estrechamente ligado a ese modelo de consumo. 

 

¿QUÉ ES LA ECONOMÍA CIRCULAR?

Entendemos economía circular como un modelo de producción y consumo basado en la circularidad del proceso de producción y consumo de la propia naturaleza, dónde todo lo que produce sirve a su vez para retroalimentar una nueva producción. Es decir, compartir, adquirir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales ya existentes y alargar su vida útil el mayor tiempo posible. Cerrando así el ciclo de vida de los productos y entendiéndolo como un metabolismo del sistema que genera el mínimo desperdicio posible, tal y como hace el cuerpo humano o la naturaleza en sí misma. 

 

METABOLISMO ECONÓMICO CIRCULAR

En contraposición al modelo lineal y anticuado de producción que consiste en extraer-producir-desperdiciar, que aumenta la problemática que tenemos de escasez de recursos, fluctuación de precios, pérdida de biodiversidad y degradación de ecosistemas, encontramos el concepto de metabolismo económico circular.

Cuando hablamos de metabolismo económico circular tenemos que diferenciar dos tipos de ciclo: el biológico y el técnico. El ciclo biológico es el proceso natural de reincorporación a la naturaleza de los recursos biodegradables, tal y como lo haría la propia naturaleza sin necesidad de la intervención humana. El ciclo técnico es el proceso de recuperación, restauración y reciclaje de los productos y requiere de la intervención humana.

De este modo, entendiendo el planeta como un sistema vivo que se retroalimenta y se autogestiona, nos damos cuenta que no se puede cuestionar que el futuro son las energías renovables. Transicionar  hacia una economía circular no se limita a ajustar el impacto del ser humano en el planeta sino que se trata de hacer un cambio estructural sistemático. Dar un paso atrás y fijarnos en los sistemas antiguos, como en las sociedades de la Edad de Bronce, cuando realmente nace este modelo.

 

INICIOS TEÓRICOS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR

Aunque suene a algo relativamente moderno, este término nace en los años 70, cuando se empezó a ver que el modelo de producción lineal, que entendía las materias primas como infinitas, no era sostenible a largo plazo. Sin embargo, hay que remontarse varios siglos antes ya que esta forma de consumo es la que el ser humano ha tenido casi siempre. El esfuerzo principal que suponía la extracción de materias primas y la elaboración de herramientas y productos obligaba a aumentar su vida útil y a reutilizarlos después.

Entonces, si las anteriores civilizaciones podían tener este funcionamiento, ¿por qué nos cuesta tanto ahora? Antiguamente no se tenía conciencia de sostenibilidad ni de medio ambiente, simplemente funcionaban por la practicidad y la necesidad. Actualmente esa practicidad y esa necesidad se traduce en la facilidad de adquirir un producto nuevo, incluso desde casa, sin moverse del sofá. Entonces, descartando la facilidad, para volver a este sistema de consumo lo que necesitamos es concienciación.

Nos damos cuenta así que fijarnos en el pasado es la única alternativa viable para conseguir un equilibrio en el presente que nos ayude a preservar el futuro. 

 

¿PUEDE UN NEGOCIO BASARSE EN LA ECONOMÍA CIRCULAR Y SER RENTABLE?

La teoría está muy bien pero, ¿es posible construir un negocio basado en este modelo y que resulte rentable? Lo cierto es que sí, incluso, al ser algo que pronto será demandado por el consumidor, adoptar esta forma de producción y consumo nos daría una serie de beneficios sociales y empresariales. 

 

Beneficios sociales:                    

  • Preservación del entorno y la biodiversidad.
  • Estrechamiento de la brecha económica entre países ricos y pobres.
  • Creación de nuevos puestos de trabajo.
  • Recuperación de antiguos oficios en el mercado de la reparación y la utilización. 
  • Asegurar la supervivencia de nuestra propia especie.

 

Beneficios empresariales:

  • Reducción de costes: al ajustar la producción generamos menos residuos y precisamos de menos materia prima, por tanto nuestro negocio se vuelve más eficiente. 
  • Un paso por delante: nos preparamos para las exigencias legales medioambientales que vendrán en un futuro próximo. 
  • Beneficio en el residuo: transformar los desperdicios en residuos reutilizables genera una ventaja económica; tanto si somos nosotros mismos los que los aprovechamos como si los vendemos como materia prima a otra empresa.
  • Responsabilidad Social Corporativa: ganamos imagen de marca posicionándonos como una empresa responsable, ética y justa.

 

 

¿CÓMO PUEDO FOMENTAR LA ECONOMÍA CIRCULAR EN MI NEGOCIO?

Nosotros como emprendedores podemos ayudar a fomentar este modelo de consumo y producción con una serie de acciones:

  • Utilizar un packaging ajustado al producto y de materiales reciclados y reciclables
  • Elegir materias primas ecológicas y sostenibles
  • Ofrecer servicios de reparación del producto
  • Utilizar proveedores de proximidad y transporte verde
  • Planificar cada detalle de la cadena de producción para ajustar la energía necesaria
  • Ofrecer al cliente un servicio de recogida de residuos

 

Más información en: economiacircular.org

 

ALGUNOS CONCEPTOS CLAVE:

 

  • Decrecimiento sostenible: disminución regular y controlada tanto de la producción como del consumo para conseguir un futuro basado en el equilibrio entre seres humanos y naturaleza. 
  • Ecología política: es el estudio de la relación entre factores políticos, económicos y sociales y los conflictos medioambientales.
  • Justicia medioambiental: este concepto afecta a los derechos y obligaciones que tenemos los seres humanos sobre la naturaleza considerándola como un bien común. 
¿ES POSIBLE TENER UN NEGOCIO ÉTICO DENTRO DEL CAPITALISMO? (SPOILER: SALE BIEN)

¿ES POSIBLE TENER UN NEGOCIO ÉTICO DENTRO DEL CAPITALISMO? (SPOILER: SALE BIEN)

Echando un vistazo a nuestra sociedad es fácil pensar que estar dentro del sistema implica ciertas formas de actuación que parecen ser inamovibles. La idea no es posible tener un negocio ético dentro del capitalismo y que para triunfar es necesario que otro fracase se está quedando obsoleta. La típica imagen de éxito del tiburón empresarial súper competitivo que arrasa todo a su paso ya está desfasada y para las nuevas generaciones resulta hasta cringe. Hoy en día existen muchas herramientas y maneras de lograr tener un negocio rentable sin necesidad de hacer que otro fracase o utilizando malas artes.

Pensar que las personas que componen un negocio (trabajadores/as, directivos/as, consumidores/as) no son seres humanos sino robots a disposición del dinero y el beneficio es, y perdonad la expresión, de pollavieja. La típica frase de película de los 90 “son negocios, no es personal” ha respaldado cientos de decisiones empresariales que han resultado ser muy perjudiciales para muchos y muy beneficiosas para unos pocos. La excusa de la competencia ya no sirve.

La prueba más evidente de que esto está cambiando es que el/la consumidor/a, el principal pilar sobre el que se sustenta cualquier negocio, está empezando a exigir ciertos valores a las  empresas que antes podrían hacer parecer débil a una compañía. Es por esto que nace el término ética empresarial.

 

¿ES MI NEGOCIO ÉTICO?

Podemos considerar que un negocio es ético cuando cumple y respeta ciertas normas morales, valores y principios, siendo consciente de la huella y el impacto que deja en su entorno (tanto social como medioambiental), y ejerciendo su actividad con total transparencia. Entender el consumo como un contrato entre dos partes (la que vende y la que compra) es esencial, ya que lo que se busca con un contrato es el acuerdo de las dos partes, sin engaños y en igualdad de condiciones.

Tus clientes ya no compran tu producto, también te compran a ti. Es esencial tener una imagen de marca definida y personal, que transmita los valores que tienes. Si tu negocio es vegano está claro que está basado en la ética y la moral, y tus consumidores ya te han elegido, en parte, por esa razón. Sin embargo, que tu negocio sea vegano no tiene por qué hacerlo automáticamente ético y justo para con la sociedad y el entorno. Factores como el ambiente laboral, la salud física y mental de tus colaboradores y empleados, la gestión de residuos, etc. son necesarios. 

 

 

IMPLEMENTAR LA ÉTICA DENTRO DEL CAPITALISMO

 

Conseguir que tu empresa o marca sea ética y justa es tan fácil como cumplir las siguientes características:

 

Practicar la escucha activa con tu equipo

Escuchar a los/las trabajadores/as y llevar a cabo sus sugerencias garantiza la máxima horizontalidad posible, dándole así valor a sus opiniones y garantizando su realización laboral.

 

Igualdad entre géneros, etnias y sexualidades

No discriminar a nadie por motivos de género, raza, origen, cultura, inclinación sexual, condición sexual, etc. En definitiva, tener claro que el valor de un/a empleado/a no reside en estas características ni ninguna otra más allá de su capacidad para sacar su trabajo adelante.

 

Condiciones laborales

Garantizar un salario justo, fomentar la conciliación familiar, así como la salud física y mental de los/as empleados/as y crear un ambiente adecuado de confianza. Y, por supuesto, dar sueldos justos y lo más altos posible dentro de la capacidad de la empresa.

 

Calidad y modos de producción ecológicos

Analizar bien los orígenes de tus materias primas para ver si tus proveedores cumplen también estos parámetros y tener un plan de gestión de residuos y eficiencia energética y sostenible. 

 

Reducir los intermediarios entre productores y consumidores

Reducir los kilómetros y la cantidad de viajes que hace el producto hasta llegar a la población consumidora ayuda a reducir la contaminación y favorece el medioambiente. Además, esta es la manera de que el cliente pague un precio más justo y el productor consiga un beneficio razonable, sin perder dinero en la intermediación. 

 

Transparencia

Hacia el equipo y el consumidor. Cuando no se tiene nada que esconder, no hay motivo para no ser sincero y es muy beneficioso comunicar la información tal y como es, tanto a nivel de producto y su producción, como en el plano laboral.

 

 

¿QUÉ VENTAJAS PUEDES OBTENER SI TU NEGOCIO ES ÉTICO?

 

Cumplir las características básicas para considerar ética y justa a tu marca puede parecer un poco abrumador. Incluso podemos caer en pensar que, si nosotros lo hacemos bien, otra empresa que lo haga mal puede adelantarnos en el mercado. Pero actualmente (y cada vez más) el consumidor exige estos valores, lo que nos supondría entonces una serie de ventajas frente a negocios que no los tienen:

 

Mejora la imagen de la marca

La reputación de tus productos o servicios se ve favorablemente afectada. Hoy en día, con toda la competencia que hay y habrá en el sector del veganismo, el consumidor puede elegir entre productos prácticamente idénticos. Lo que le hará decantarse por el tuyo es precisamente el valor añadido.

 

Generas confianza en los consumidores

Saber exactamente lo que están comprando y de dónde viene, así como conocer la satisfacción de los trabajadores de la empresa, hace que los consumidores confíen en ti y en tu producto.

 

Quieren trabajar contigo

Te aseguras que los mejores talentos del mercado laboral piensen en ti. Con Internet cualquiera puede dar su opinión, asegúrate de que las que haya sobre tu empresa sean buenas.

 

Los trabajadores motivados son más productivos

Sobre todo cuando tienes un negocio de cara al público, tus empleados son la imagen de tu marca. Asegurar su motivación hace que se sientan orgullosos de trabajar contigo, su productividad crezca y el cliente esté más satisfecho con la atención recibida, ayudando así a generar reputación de marca.

 

Reduces la posibilidad de conflictos

Cumplir las normas legales pero, sobre todo, las normas morales y éticas impide la aparición de problemas con cada uno de los agentes implicados en un negocio como son empleados, competencia, consumidores, etc.

 

En definitiva, debemos entender que aunque actualmente nos encontremos dentro de un sistema económico que premia a quienes dejan de lado la ética, como es el capitalismo, no estamos obligados a olvidar nuestros valores y podemos fomentar el cambio y trabajar para que la ética tenga cada día más peso en la sociedad. Podemos jugar con las cartas que nos han dado pero cambiando las normas del juego, y aún así tener éxito y poder vivir de lo que nos gusta y con la conciencia tranquila. 

 

SÍ, PERO… ¿CÓMO?

Si tienes dudas en cómo poner en práctica esto o si ya tienes un negocio ético y necesitas que todo el mundo conozca lo bien que lo haces pero no sabes cómo o no tienes tiempo, no te preocupes, te ayudamos. Explica tu caso a La Zorra y te buscaremos la solución más adecuada a tus necesidades.

 

¿EN QUÉ CONSISTE EL MARKETING ÉTICO?

¿EN QUÉ CONSISTE EL MARKETING ÉTICO?

Según el código ético de marketing de la Asociación de Marketing de España, el marketing para ser ético debe respetar la legalidad del territorio donde se lleve a cabo y también las normas de la plataforma o medios que se utilicen para su desarrollo. También debe cumplir los valores de responsabilidad, honestidad y veracidad, transparencia informativa y profesionalidad. 

Sin embargo, cuando hablamos de marketing ético en La Zorra, nos referimos a mucho más que estos mínimos éticos. Consideramos que el marketing ético es una filosofía de empresa y no solamente una estrategia para conseguir más ventas o cumplir con la legalidad a nivel publicitario. Además, como veganas y ecologistas, consideramos que el marketing no solo debe ser ético para con las personas sino también el medio ambiente y todos los animales del planeta.

Así pues, el marketing ético debe ser una pata de la empresa, que debe ser ética intrínsecamente y en todas sus áreas de trabajo y dimensiones. Por ejemplo, no sería coherente ni ético que una empresa se esforzara en crear estrategias de marketing ético y, al mismo tiempo, no diera un trato ni un sueldo justos a sus trabajadores y trabajadoras o basara su negocio en la explotación de animales o del medioambiente.

 

PRINCIPIOS BÁSICOS DE UNA EMPRESA ÉTICA Y DEL MARKETING ÉTICO

 

De esta manera, los principios básicos de una empresa ética y del marketing ético serían:

  • Vender productos o servicios a precios justos, con la máxima calidad posible y siendo transparentes en sus características.
  • Vender productos o servicios cuya fabricación o los productos que requieran ser empleados/as respeten el medioambiente, a la sociedad (comercio justo, etc.) y a los animales lo máximo posible.
  • Tratar al personal empleado con el máximo respeto y seguridad, fomentando la conciliación familiar y el bienestar personal y ofreciendo sueldos justos.
  • No hacer publicidad ni lanzar mensajes que sean: falsos, engañosos, exagerados o poco científicos.
  • No hacer publicidad ni lanzar mensajes que sean: discriminatorios u ofensivos para colectivos sociales, estereotípicos o que menosprecien a la competencia o cualquier otro actor empresarial o individual. 

 

En definitiva, en La Zorra consideramos que los mínimos éticos que se estipulan habitualmente para definir el marketing ético no son, ni mucho menos, suficientes. Porque cumplir la ley o buscar la respetabilidad es el mínimo exigible, lo que realmente convierte a una empresa en ética es que el sentido de la justicia social, ecológica y animal esté profundamente arraigada en sus principios. Solo de esta manera se pueden llegar a transmitir con transparencia y naturalidad unos valores que el/la consumidor/a más exigente respetará y, no solo eso, podrá llegar a adorar. Y solo así podrá construir relaciones duraderas con los clientes en base a unos valores compartidos.

Si tu empresa está basada en estos principios éticos y deseas crear estrategias de marketing y acciones publicitarias que realmente sean acordes a tus valores y que puedan llegar a conectar con tu público objetivo, no dudes en contactarnos y estudiaremos las mejores opciones para tu negocio. Siempre desde la ética y la transparencia, ese es nuestro compromiso.